jueves, 25 de junio de 2009

En la vorágine del dolor

Ayer me rebelé, pensé que la empatia era mala, que de nada servia sentir en la piel el dolor ajeno, que era inútil percibir las dificultades de otros y ponerme en su lugar, creí que era una tonta porque lloro con las penas hasta de los desconocidos y se me encoge el corazón cuando no puedo hacer nada, crei que olvidar todo menos a los enfermos era una locura, senti que sentir era pura necedad, creí que no vale la pena preocuparme tanto si otros no lo hacen, me pesó la empatia.

Pero hoy, al ver tus ojos hinchados, tus manos abajo, al verte caminar sin saber dónde estaba el piso, al ver tu mirada buscando sin saber qué. Al verme sola frente a ti, sin abrir la boca, sólo podia tratar de percibir una infima parte de tu infinito dolor, no habian palabras de consuelo y tampoco las habian de esperanza ¿que decir?, entonces toda yo me vestí de empatía e hice lo único que hubiera querido que hicieras por mi....Abrí mis brazos y te acogi con todo mi amor, sin palabras, tus lágrimas resfalaron por tu cara y se conectaron con las mias, cuando terminamos de decirnos todo en nuestro abrazo...miré tus ojos nuevamente y me dijeron "gracias primita de mi alma, gracias por venir, gracias por estar, gracias por sentir.

2 comentarios:

  1. Cada vez que ingreso a esta pagina...siento tu aura en ella. cada vez que leo tus pensamientos,palabras,frases...Sabes poLY cualquier palabra o frase que diga suena mal,suena flaca sin fuerza.
    La última vez que hablamos tenía una historia...hoy tengo una segunda oportunidad.
    Gracias por tus palabras, gracias por esa conviccion para decirlas,gracias por ser mi amiga y confidente.Lo que tengo no duele,pero está ahi agasapado... silente...Gracias por leer. Te quiero y te admiro.

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  2. Persivir el dolor del resto es parte importante de la propia humanidad y se vuelve un arte descubrir la manera de explicarla cuando es propia, sin dejar una carga sobre los hombros que aun no la sienten. Creo que no hay nada mejor que la verdad, siempre que esta no se transforme en una mentira, a la cual le creemos mas, que a nuestra propia fe.

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Cuida tus palabras, me pueden doler