viernes, 24 de octubre de 2014

Caracol, caracol...saca tus cachitos al sol

Haber como lo puedo explicar, a veces uno se siente como un gran, gran caracol, es decir, que uno lleva a cuestas no una casita como en los cuentos, NOOO !!! uno lleva a cuestas una gran carga que finalmente es tu propio cuerpo, he seguido con los dolores típicos y los atípicos también, después de esperar un mes y medio para que me viera un reumatologo que llegó hace poco de Santiago a Concepción el miércoles llegó finalmente el gran día. Me presenté puntualmente con una carpeta llena de exámenes anteriores y con la clara determinación de no decir qué me habían dicho los médicos anteriores, estuve toda la mañana rogándo para que no me examinara (la última doctora me dejó moretones) siempre salgo más adolorida de lo que entro, pero esta vez no me dolió tanto y hasta me ayudó a levantarme de la camilla (¿?). Como me cayó bien, me puse buena y le di el nombre de mi último diagnóstico "Enfermedad del tejido interconectivo indeterminado", por primera vez consideró que mis anticuerpos ANA están muy elevados y me pidió un contenedor de exámenes para DESCARTAR (siempre en positivo) DESCARTAR alguna enfermedad producida por anticuerpos (que susto me da esa palabra, es como tener células canibales a punto de deborarse a la hora de la cena), gracias a Dios podemos pagar todos los exámenes incluso los que no tienen código y por lo tanto no existe bonificación de la isapre, pero eso me hace preguntarme ¿qué pasa con los demás caracoles? con esas que llevan a cuestas sus días dolorosos, sus días tristes, ignorantes de lo que realmente ocurre al interior de su propia casa, su cuerpo... y no tienen el desplante de decir "este doctor no resuelve mis dudas, lo cambio", o llevar una libreta con todas las preguntas anotadas y no se salta ninguna aunque el doctor ponga cara de ogro, porque finalmente la que le paga soy YO, o peor aún no pueden pagar ni el analgésico que a regañadientes y para que se vaya le dá un doctor de urgencia enojado con la caracola "que inventa sus dolores". A veces, me siento tan triste por lo que me pasa que de darle vueltas y vueltas a la situación se me llenan los ojos de lágrimas, cuando no es el dolor el que las provoca. Pero al menos yo puedo seguir con mi casita a rastras, con el apoyo tácito de los que bien me quieren, con mi trabajo y a cargo de mis niños y aunque a veces tal vez no quiera hacer nada, recuerdo que si de verdad no PUDIERA hacer nada, seria peor...así es que sigo por mi camino, pidiéndole a los guijarros que se aparten un poquito, disfrazando la tristeza, buscando lo bueno, pintando colores cuando todo está negro y sobre todo SACANDO MIS CACHITOS AL SOL......

miércoles, 8 de octubre de 2014

Y la dislexia?

A ver ¿cómo lo explico? ... en la historia anterior detallo mi sentir con relación a mi terapia y finalmente debo informarle a mi público dos cosas: La 1° es que aún no he mejorado casi nada (lo siento Gabriela, pero es la verdad) pero eximo de toda responsabilidad a mi Kine quien se a esforzado como nadie para que me recupere ¿será que está aburrida de mis ejercicios nuevos, inventados por mi? y 2° que como a la visita Nro. 12 mejoré de mi dislexia deportiva eh eh eh ¿no les dije yo, que capaz que me transforme en una Tomasa González?, si no fuera porque antes de comenzar con mi nueva profesión ya estoy con una lesión (la cosa plantar) fijo que hubieramos ido por una de oro. Pero me autofelicito porque he sido constante, aprendí mis ejercicios, me he bajado de los tacos altos aún con el riesgo de ser más baja que cualquier persona o cosa que tenga al lado, ni usado pantalón pitillo que no tiene nada que ver con los pies, pero que no andan con zapatos planos, que me he quejado lo minimo comparado con lo que realmente quisiera hacer y he mantenido el buen humor a pesar de que llego antes que cualquiera a la oficina y por ende debo esperar a que la abran. Felicito a mis compañeritos y compañeritas (lesionados varios) por lo concentrados que son al contar del 1 al 15 y tener tan claro el concepto de los segundos y no andar tan apuretes como yo que cuento en milesimas de segundos. Otra especial felicitación a mi Kine-profe por lo paciente, por su buen ánimo y por lo MAS importante, porque pronto será una bloguera más, dispuesta a deleitarnos con su blog de recetas exquisitas y apetitosas (pobre del que no la lea). Ven ? aunque el dolor no desapareció na mucho, logré hartas cosas. Jamás llegaré a ser Tomás González, pero llegue a mejorar mi dislexia deportiva, así es que ahora nunca más seré una disLESA.