jueves, 25 de julio de 2013

MAESTRO

Maestro, Sensei, Gurú pocos son los títulos con los que llamó a mi profesor particular y bien intencionado Cristóbal...desde ayer mi maestro me da clases únicas y "particulares" de yoga...sí yoga, ayer por la tarde mi niño de 9 años me dijo: yo creo que tú necesitas un poco de ejercicio y e longar (de dónde sacaria eso ?) te haré unas clases de yoga, inspira, expira...sube las manitos, levanta una pierna, esto es el árbol, respira, mantente así, no bajes tu piernecita (que lindo)..1,2,3,4,5,6..mantén el equilibrio, 7,8,9,10...vamos !!! la otra pierna...saqué cuentas mentales, Cristóbal cumplió 9 ó 19 ???? sigamos, respira mamá  - en eso estoy, en eso estoy-  ahora haremos el puente, bueno hay dos puentes, uno fácil y uno difícil...hummmm  creo que tendrás que hacer el fácil no más- Schúuuuuu ¿tan mal me veo? me empecé a preocupar -- sigamos !!! ahora vamos a la flecha,  respira ...mientras mi Sensei daba instrucciones y explicaciones,   mis   otros   dos   hombrecitos andaban felices molestando, tanto que el maestro con voz profunda y mirada penetrante de 9 años, les pidió QUE NO INTERRUMPIERAN LA CLASE !!!! fue tanta su energía que finalmente los cuatro terminamos arrastrándonos por el suelo haciendo la .....serpiente uhhhhhhhhh.

Antes de ir a dormir, Cristóbal sacó una libretita y me dijo muy serio; tengo mi agenda completa pero si quieres más clases de Yoga te puedo hacer un espacio mañana, para que te sientas mejor... gracias mi amor, le dije...cerré su puerta y me maté de la risa...definitivamente tiene 19 y definitivamente, yo me siento mejor.

viernes, 19 de julio de 2013

MORIR UN POCO

Hace rato me prometí ser positiva, como siempre, pero con más ganas.  Siempre atenta a lo que algunos llamarían "consuelo de tontos" y tomándolos agradecida de que siempre existiera un pero para mejor. Pero hay días en que aunque intento llenar mi cabeza de "optimismos" el dolor me gana, sobre todo cuando en las noches el dolor me despierta,  no dándome suaves golpecitos como lo hago yo con mis niños, si no esos torpes y desagradables abrazos que me llenan los ojos de lágrimas en el silencio y mis tobillos o mis manos se inmovilizan bajo su sombra, mis manos con las mismas que borde por meses mi crewel o mis cojines y tejí durante horas silenciosas la bufanda más larga (en tiempo) de mi vida y que ahora no uso porque no le viene a ninguna de mis chaquetas.
O en los días en que el dolor de cabeza no me deja pensar y me lamento con mis oyentes quienes deben estar hastiados de tanto dolor añejo y ajeno, o cuanto tengo la desdicha de recuperar la memoria y pienso en Diego y se me llena el alma del sufrimiento más grande que se pueda imaginar porque su muerte además me suena llena de por qué ? por qué ? por qué? o en los días en que no quiero estar ni cerca de los que me quieren porque siento que poco tengo ya para dar, excepto lástima o en lo odiosa que debo sonar cuando alguien bien intencionado me sugiere ir al doctor NO, NO, NO de fibromialgia no me voy a morir, no quiero más exámenes y esperanzas varias para que después vuelva a sentir mucho más el mismo dolor, NO !!!!!
Hace rato me prometí ser positiva, pero a veces, cuando creo que el dolor va sutilmente en aumento, pienso que esto es morir un poco.  Pero sigo viva.

viernes, 12 de julio de 2013

La dama del tiempo

Avanzo y media dormida me detengo frente al espejo, ese espejo grande y antiguo que tantas veces reflejó la imagen de mi abuela, su hermosa cara, su sonrisa, su delicado cuerpo, más de algún moretón y su tristeza vertida en mil lágrimas. 
Mi espejo me lleva  a su época y distingo los colores del pasado, la ropa, sus diseños.  Despierta mi memoria y la evoco, mezcla de recuerdos olvidados y fotografias en blanco y negro repintadas en sepia por el paso de los años y vuelve mi dama del tiempo, con los ojos dormidos y su sonrisa amable, enamorada del único hombre que llenó su vida y que sin saberlo secó sus lágrimas y apagó su pena, su Arturito fue sin lugar a dudas, su tesoro, su único gran amor y de paso lo único realmente valioso que mi abuelo le dió.
Me miro en el espejo y devuelvo la vida a mi dama antigua, la recuerdo con respeto, con eterno y profundo cariño, con la nostálgia de no haberla conocido más, pero a cambio me dejó su Quilacoya, mi pedazo de Edén y mi añoso espejo con el que puedo traer a la memoria a mi antigua dama del tiempo.