El dolor y yo compartimos éste cuerpo, en los días de más dolor he pensado en cambiar de cuerpo, pero es muy caro. Como no me puedo ir he resuelto darle la batalla a mi desagradable pero fiel compañero, y vaya que se la daré. Con todas estas teorias mias me he sentido mejor y doy gracias a Dios por ello, pues como ya he dicho la batalla empieza por dentro, entendiendo que no es tu viva imaginación, que el dolor es real y constante, es diario y eso te pone triste y logra deprimirte, pero también depende de uno y de cuánta atención le dé, no puede ser que nuestra vida gire en torno a éste, al final nos invalidamos nosotros mismos, hay días en los que no quiero ni abrir los ojos, pero entonces ¿cómo voy a ver que el día está azul? o las margaritas de Joaquin, los ojos de Sebastián o la hermosa cara de Cristóbal? estoy segura de que cada uno de nosotros tiene una razón para abrir los ojos cada día, si no está a simple vista búscala estoy segura de que la encontrarás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cuida tus palabras, me pueden doler