jueves, 23 de septiembre de 2010

Hasta luego

A veces la vida da golpes bajos, de esos que uno nunca espera y cada vez que uno me roza me duele distinto. Con el paso de los años uno va perdiendo familia, amigos, conocidos, conforme pasa el tiempo encuentro espacios vacíos, en algunos a duras penas recuerdo el nombre o algún gesto, otros me provocan profunda nostalgia y una pena enorme por lo que no fue.

Hoy le a tocado el turno de decir adiós sin alcanzar a decírnoslo a la hermana de dos de mis mejores y queridas amigas. La Mili vivía lejos de aquí, lo que hace todo más difícil y triste..llegué a mi casa y mi mamá me esperaba con la mala nueva, mi hermana ya había ido a acompañar a la mamá de mis amigas que también es nuestra amiga y la tia abuela de mis niños de puro cariño, nos fuimos rápido..ya habían muchas personas en su casa, me fui derecho a su dormitorio y aunque no quería ver a nadie me abrazo pidiéndomme explicaciones porque había llevado a mi mamá que esta con gripe. Cuando abrazó a mi mamá fue un abrazo grande, profundo, de madre a madre, con un nudo en la garganta y uno mayor en el estómago, intentando explicar lo inexplicable, tratando de entender lo que no se entiende, tratando de imaginar a su hija a 600 kilómetros de aquí yaciendo en una fría mesa de metal donde buscarán las explicaciones que Mildred nunca le podrá dar.

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Cuida tus palabras, me pueden doler