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Escribir, ¡Y qué importa si no escribes! me dijo alguien por ahí, si tus historias están en el corazón. ¡Y que importa!, pero a mi sí me importa..desde niña escribir era un juego, una distracción, antes de que muriera mi padre, mis historias las tejia en las trenzas de mi muñeca, sí esa de piernas flacas y pelo color mostaza, esa que me hizo mi hermana, una de trapo que al principio era blanca, bien blanca. Ella misma se encargó de tejer sus vestidos y ponerla bien bonita para mi, pero al paso del tiempo, mi Pelusa se transformó en un trapo viejo y sucio al que tuvieron que surcirle la cara varias veces, hasta que al final tuvieron que transplantarle el rostro de raíz. EL PRIMER TRANSPLANTE DE CARA DEL PLANETA Y CASI NADIE SE ENTERO.
Amé a mi Pelusa con locura, la llevé de contrabando a cuanto paseo dominguero se hizo en casa, envuelta en un ABRIGO en pleno verano y yo creía que mis padres no se daban ni cuenta...(jajajaja) , que decir de nuestros viajes a Quilacoya. Mientras mi papá desesperado me compraba y compraba de las otras muñecas, una se hacia pipi, otra tomaba mamadera, otra caminaba, pero nada la Pelusa era mi mimada, yo amaba peinar esos largos cabellos de color mostaza...fué y será mi mejor y más fabulosa muñeca.....no recuerdo como desapareció o tal vez lo recuerde, pero no quiero recordar porque de todas maneras el hombre que más amé en mi vida, estuvo involucrado en la desaparición. Pero ya fué y lo superé.
Al poco tiempo de morir mi padre comenzé a escribir en un cuaderno eternos poemas que hablaban de la muerte, de la pena, del dolor y al escribir éstos se diluían, se fusionaban con mis lágrimas y a ratos dejaban de existir, como si las letras los espantaran y me pusieran a salvo, Sí las letras...mis compañeras aventureras que nunca cuestionaron estamparse en mis cuadernos obligadas a no volver a salir a menos que fueran acompañadas por el sonido de mi voz ¿cómo no amarlas?
Por eso, SI importa si NO escribo..me acostumbré a purgar la pena escribiendo, pero ahora también sé expresar un montón de sentimientos haciéndolo, Sí, ESCRIBIENDO éstas mis historias que no tienen por qué tener fin.
las palabras nacen como cascada y el lapiz las dibuja solo.
ResponderEliminarMe identificado con lo que dices.
Besos