domingo, 8 de noviembre de 2009

La Pelusa


Escribir, ¡Y qué importa si no escribes! me dijo alguien por ahí, si tus historias están en el corazón. ¡Y que importa!, pero a mi sí me importa..desde niña escribir era un juego, una distracción, antes de que muriera mi padre, mis historias las tejia en las trenzas de mi muñeca, sí esa de piernas flacas y pelo color mostaza, esa que me hizo mi hermana, una de trapo que al principio era blanca, bien blanca. Ella misma se encargó de tejer sus vestidos y ponerla bien bonita para mi, pero al paso del tiempo, mi Pelusa se transformó en un trapo viejo y sucio al que tuvieron que surcirle la cara varias veces, hasta que al final tuvieron que transplantarle el rostro de raíz. EL PRIMER TRANSPLANTE DE CARA DEL PLANETA Y CASI NADIE SE ENTERO.

Amé a mi Pelusa con locura, la llevé de contrabando a cuanto paseo dominguero se hizo en casa, envuelta en un ABRIGO en pleno verano y yo creía que mis padres no se daban ni cuenta...(jajajaja) , que decir de nuestros viajes a Quilacoya. Mientras mi papá desesperado me compraba y compraba de las otras muñecas, una se hacia pipi, otra tomaba mamadera, otra caminaba, pero nada la Pelusa era mi mimada, yo amaba peinar esos largos cabellos de color mostaza...fué y será mi mejor y más fabulosa muñeca.....no recuerdo como desapareció o tal vez lo recuerde, pero no quiero recordar porque de todas maneras el hombre que más amé en mi vida, estuvo involucrado en la desaparición. Pero ya fué y lo superé.

Al poco tiempo de morir mi padre comenzé a escribir en un cuaderno eternos poemas que hablaban de la muerte, de la pena, del dolor y al escribir éstos se diluían, se fusionaban con mis lágrimas y a ratos dejaban de existir, como si las letras los espantaran y me pusieran a salvo, Sí las letras...mis compañeras aventureras que nunca cuestionaron estamparse en mis cuadernos obligadas a no volver a salir a menos que fueran acompañadas por el sonido de mi voz ¿cómo no amarlas?

Por eso, SI importa si NO escribo..me acostumbré a purgar la pena escribiendo, pero ahora también sé expresar un montón de sentimientos haciéndolo, Sí, ESCRIBIENDO éstas mis historias que no tienen por qué tener fin.

1 comentario:

  1. las palabras nacen como cascada y el lapiz las dibuja solo.

    Me identificado con lo que dices.

    Besos

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Cuida tus palabras, me pueden doler