sábado, 30 de abril de 2011

Respire no más





La noche de anoche fue la típica noche que lo único que quieres es olvidar...me molestaba la almohada, las sábanas, los pulmones, el brazo izquierdo y el derecho también, el cuello, las vertebras y hasta puse en tela de juicio la calidad de mi exquisita cama, la que hasta en mis peores momentos me acuna rebien. Por la mañana, ni hablar, duré poquito tiempo estoica, bajé a preparar el desayuno y hasta ahí no más llegué, no veía nada porque con tanto dolor lo único que tenia era pena y no pude aguantar las ganas de llorar, era tanto que ni siquiera pude ir a dejar a mis niñitos al colegio.

Cerca de las 11 am. tuve el valor de ir al médico, me llevaron a rayos en silla de ruedas ¡que plancha!, tenía la impresión de que todos me miraban con cara de ¡pobrecita!, mi cara tampoco ayudaba mucho; así es que me esforcé por buscarle el lado positivo, y en eso estaba inventado historias, cuando el señor de la radiografia, luego de acomodarme ¿acomodarme? humm, humm bueno al final él no es acomodador, como diría el Carlitos un ingeniero de donde trabajo !ESA NO ES MI PEGA¡. Bueno la cosa es que en algún minuto me grita desde donde estaba parapetado ¡DEJE DE RESPIRAR! ¿Ah? ¿y qué le pasa a éste? ¿será un asesino en serie, de esos que salen en CSI? y nadie lo a descubierto, pues el hombre trabaja en el área de salud y parece amable mientras no acomode a nadie? Ahí estaba yo perpleja mirando el techo hilvanando mi respuesta, cuando el Sr. en cuestión me ordenó RESPIRE NORMAL!!! Uffff que bueno que no era ninguna de las anteriores y pude salir de ahí en mi silla y con las placas bajo la manga.

Finalmente no eran mis huesos, eran una vez más mis músculos, me pusieron suero con un cóctel de análgesicos, más diez días de pastillas y 20 seciones de kinesiología. Buhhhh, con lo que me gusta ir a terapia, así es que para animarme me autorecité " Venaiga la buena suerte de haber nacío al verrés, con las patas pa´ elante y la cabeza en después".







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Cuida tus palabras, me pueden doler