jueves, 15 de diciembre de 2011

Pasará




La inesperada partida de Diego nos dejó a todos pisando en el aire, con heridas en carne viva, con muchas preguntas y el miedo inevitable a pensar que otro de nuestros niños pueda llevar en su sangre la silenciosa enfermedad de la depresión.


No quiero pensar hacia atrás y recordar el último día que lo vi jugando con mis niños en Quilacoya, tres días antes, o recordar que se sentó junto a mi a la hora del almuerzo y acaricie su frente y me miró con sus hermosos ojos pardos. No quiero pensar en que si ese fatídico día jueves se hubiera demorado un poco más en las cosas que hizo, tal vez todo seria distinto, no quiero pensar en el dolor de su primera familia porque me duele, porque no quiero llorar cuando hablo con Camilo, Daniel o mi hermano, pero a veces no puedo dejar de hacerlo. No quiero pensar en qué le diré a la Paty cuando la llamo en la mañana, porque al final no sé qué decirle. No quiero pensar en lo pesado que se me hace llevar a mi madre al lado cuando manejo y ella llora porque me parte el alma. No quiero pensar en que pasará mañana porque hoy, le tengo miedo al mañana.


No sé si volveré a ser como antes, si podré sacar de mis malos días algo para ser positiva, porque en todo éste tiempo me he rebanado los sesos pensando en qué podria ser lo positivo en toda ésta historia y por Dios que no lo encuentro...No quiero pensar, porque me duele todo y me duele nada, porque el dolor que tengo ahora no se parece en nada al que me produce la fibromialgia, porque al final a mi amarga compañera la han vencido y aunque me maltrate como es su costumbre ya no me importa...ella nunca me a causado, ni me causará un dolor tan grande como el que tengo ahora.


Pero ya pasará.

1 comentario:

  1. LAGRIMAS INEVITABLES

    A veces el camino puede resultar dificultoso. El dolor nos sorprende.
    Quisiéramos ser capaces de ver el futuro, pero en la mayoría de los casos apenas si tenemos la capacidad para dar el próximo paso

    Lloraras… porque este dolor no se puede evitar. Duele porque no lo puedes tener,
    porque no puedes estar a su lado.
    Pero sabrás superarlo… tienes la capacidad para ello.

    Yo sé que hay días en los que las lágrimas derramadas son muchas, pero darán comienzo a un nuevo amanecer……..LA RESURECCION.
    En este camino de la vida, nos encontramos con piedras, que a veces parecen rocas o enormes cerros que se nos hace tan difícil, seguir viviendo. Para todo aquello que nos duele en la vida, como la pérdida de un ser amado que ha partido, la vida parece que te la hacen de a cuadritos, aún en esas situaciones tan difíciles debes tener fe y esperanza que un día será mucho mejor que el que estás viviendo.
    Tu amiga y Hermana

    Verónica Rivas Marin

    ResponderEliminar

Cuida tus palabras, me pueden doler