miércoles, 13 de octubre de 2010

Luis Becker Vidal


El domingo fuimos a Quilacoya, y para que se enteren radio escuchas, tomé el camino complicado, nadie me lo pidió, ni me rogaron,,,bastó con que Arturo dijera "es que el otro camino es muy largo" para que me entrara un deseo enorme de llegar ligerito no más.
Mi hermano que es de buen corazón, me dijo - si no te atreves yo subo en la camioneta y después bajo a pie para subir en tu auto ¿es lindo ah? hummmmm, de verdad es lindo, cuando jovenzuelo lo era más, eso sumado a su encanto contando cuentos daba como resultado un montón de pololasssssssss y un excelente empleo para mi, pasaré a explicarme: Mi hermano hacia todo lo posible para evadir el radar de mi mamá "la espanta pololas" (que no me lea, que no me lea), por entonces consegui mi primer empleo bien remunerado (a los 9 años, hagánse esa)tenía que recibir al cartero y guardar todas las cartas de Arturo, un montónnnnnnnn de cartas, fue por entonces que aprendi a abrir las cartas con vapor y me aficioné a las novelitas románticas (pero ya se me quitó), no se crean que era de mala, sólo queria brindar un trabajo completo y profesional ¿qué sabia yo que era penado por la ley? así es que además de guardarlas y entregarlas yo se las contaba...si mi hermano se enojaba entonces no me quedaba más que el soborno...si no me das más dinero TE ACUSO A MI MAMA.

En todo caso, debo reconocer que igual era bien tonta, porque por harto tiempo yo juraba que el autor de "Volverán las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar..." era Luis Arturo Vidal García.

2 comentarios:

  1. hay una verdad que mana como agua de la vertiente
    puedo confiar en ti??
    Me pregunté y leyendo tu articulo me di cuenta que no,pero tenias poquitos años...asi es que decidí confiar...
    Tiene 32 años se llama Karina y me descubrió despues de tanto tiempo...no se lo digas a nadie y cuando llames te diré...ta ta taaan.

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  2. Al leer tu texto,queda estampado a fuego el rol de una madre con los hijos.La entrega,la desasón y la felicidad que emana al verlos de nuevo sanos y vitales.Leer tu historia es sentir de cerca la vivencia cotidiana de una madre y al mismo tiempo ver como se desprende ese amor inmenso de los hijos por su progenitora,que es único,indisoluble y peremne.Un atípico, que admira lo que escribes.

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Cuida tus palabras, me pueden doler