jueves, 23 de abril de 2009

Ojo

En realidad no puedo hablar mucho más de mi experiencia mística con la acupuntura (aunque hay cosas dignas de ripley) porque el maestro me puede mandar una maldición china y esas sí que son bravas, no ven que son milenarias.

Lo que sí puedo hacer es hablar de lo desagradable que fue pasearme con el ojo negro, por el momento y mientras me inspiro sumen lo siguiente:

Ojo negro + "mi propia autopersecución"+ la idiosincracia de copuchentos que tenemos los chilenos = LA TREMENDA PLANCHA

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Cuida tus palabras, me pueden doler