martes, 4 de junio de 2019

La Despedida

Desde el fondo de ti y arrodillado, un niño triste como yo nos mira.... Poco me gusta la poesia de Pablo Neruda, pero éste poema "Farewell" me parte en dos y debe ser porque en la vida me han tocado muchas despedidas, tantas que siento el espacio que muchos de los que he amado me han dejado en el corazón, demás esta decir el nombre de mi padre, el de Diego, repetir en silencio el de mi abuela, o la odisea que vivi con mi tia Ernestina para solo lograr alargar la agonia de una muerte anunciada y por la que me senti terriblemente responsable, aunque yo solo queria que siguiera viviendo, cuando llegue a casa con su cuerpo en una ataud de madera, noté que habian pasado 2 semanas de mi viaje a Quilacoya a verla por lo que quienes la cuidaban llamaron un " resfrio ". La impresión al verla en su habitación de casa antigua, fue que estaba muerta...su cara amarillenta y sus ojos cerrados no decian otra cosa...me sente a los pies de su cama, ese movimiento hizo que un grito rompiera el silencio y la Marta me dijera "la abuelita no pasa de esta noche" pero no dijeron nada más, consegui bajo la lluvia pedir una vieja ambulancia para cruzar los cerros y llegar donde alguien que pudiera salvarla, aun conservo todo el dolor de sus lamentos retumbando en mis oidos,yo arrodillada en el frio piso de la ambulancia, mi cuerpo sobre el de ella tratando de atenuar los saltos que dabamos entre piedras y barro............ .........Por primera vez entre a un Hospital en Concepción, el aguacero no dejo nada seco en mi, con un aspecto de pajaro mojado, aterido, asustado y solitario. Solo me hizo entender que es triste la muerte y la de mi tia estaba agazapada tras la puerta de su habitación yo solo se la arrebate por unos días para hacerla sufrir más. .................Sus ultimos días, estuve a su lado, como cuando los viernes por la noche llegaba al campo y mi tia me esperaba sentada en su cama para recibir sus dulces y mis besos, era nuestra costumbre, en esas conversaciones supe muchas historias de sus padres y mi abuela, su vida llena de recatos y rubores, tambien me lleve varios retos por tocar su reloj de pared o pasearme por el comedor con mi traje de baño con "tantos colores", pero recibi a cambio su reloj destartalado de pulsera, un lapiz labial del siglo pasado reseco por el tiempo, muchos de los bordados con los que de niñas veian pasar el tiempo, me mire muchas veces en su espejo y vi el fondo de su closet lugar donde nadie tuvo la fortuna de llegar, al menos no mientras ella vivia...............mi tia abuela me amó con un amor silencioso y profundo y yo la amé con el desorden de mis años de niñez, con la locura de mis 17 y hasta el fin de sus dias a mis 23....me amó y me amó tanto, tanto que una de sus últimas palabras fueron....yo te amo Paola Vidal y esa pequeña frase me permitió purgar la pena y la culpa de habersela arrebatado por unos dias al Seol, el lugar donde descansa hoy. Tia querida aun te llevo en el corazón.